A República Dominicana ingresan cada año más de US$9.0 millones (más de RD$342.9 millones) como beneficios que obtienen los productores a través de la modalidad “Comercio Justo”, en los distintos renglones e instituciones certificadas para participar en ese capítulo.
El Comercio Justo es un sistema comercial en el cual los consumidores pagan un poco más caro que en el mercado común por productos que compran, y que han sido previamente certificados en esa categoría. El dinero que genera esa diferencia de precio es utilizado en el desarrollo de la vida de los productores más pobres del renglón que se trate, del medioambiente, de los trabajadores o de la propia comunidad.
Significa, por ejemplo, que si un plátano cuesta -en términos reales- cinco pesos, el consumidor está dispuesto a pagar siete, para que los dos pesos de diferencia vayan a una obra de bien social o comunitaria. Esos dos pesos que pagó por encima el adquiriente del plátano, supongamos en un supermercado, los recibe luego el suplidor original (el productor), bajo el compromiso de que los invertirá en las áreas citadas.
La modalidad Comercio Justo funciona principalmente a través de asociaciones de productores agrícolas o de fabricantes de mercancías, certificados por el sello internacional “Fairtrade”, previa evaluación de una serie de requisitos que deben cumplir.
Las tiendas o supermercados que participan también deben certificarse. De República Dominicana las asociaciones que venden a través del Comercio Justo, a nivel internacional, son de cacao, café, banano y naranja. Se espera que entren más rubros. O sea, que en este caso, el “sobreprecio” para beneficiar obras y respaldar la producción a este país lo están pagando consumidores extranjeros.
“Internamente falta trabajar mucho para crear conciencia a través de campañas publicitarias en la gente, de que puede pagar más por lo que consume, para beneficiar a otros que necesitan respaldo”, sostiene Luis Bonilla, asesor de la Asociación Dominicana de Productores de Banano (Adobanano). El Comercio Justo, que comenzó en Europa, se ha extendido hacia Estados Unidos, Japón y Canadá, o sea, está presente en cuatro economías desarrolladas.
En Europa hay 3,000 tiendas de Comercio Justo, la primera abrió sus puertas en Holanda en 1969, de acuerdo a informes obtenidos en varias páginas de la web que tratan el tema.
La garantía de que “el dinero que estoy pagando por lo que compro no irá a parar a los bolsillos de algún vivo” la ofrece el Fairtrade, que tiene un equipo de inspectores que se desplazan a los sitios para comprobar que las personas acogidas al programa están cumpliendo con una serie de requisitos y estándares, como la higiene y limpieza.
El sector bananero dominicano recibe, vía el Comercio Justo, unos RD$25 millones mensualmente, es decir, RD$300 millones por año, por concepto de un “premio” de un dólar por cada caja exportada, según informes de Adobanano.
Con esos recursos se han hecho inversiones locales –especialmente en la Línea Noroeste- en mantenimiento de escuelas, salas de tarea, en centros comunales y en respaldo a la iglesia y el deporte.
En el caso de los productores de cacao, generan alrededor de un millón de dólares anual, por el citado premio. La información la ofreció Isidoro de la Rosa, presidente de la Confederación Nacional de Cacaocultores (Conacado), una institución que representa alrededor de 10 mil pequeños productores de cacao y certificada para Comercio Justo desde 1995.
Los cafetales abrieron las puertas
En RD, la Federación de Caficultores fue la primera certificada dentro del Comercio Justo, en el renglón de café y té. Luego entró cacao y banano, según Rufino Herrera, presidente de la Confederación Cafetalera Dominicana (Concafed). “Las organizaciones cafetaleras se han mantenido gracias al Comercio Justo”, observa Herrera.
El productor rememora algunas épocas en las que el café ha caído de precio en el exterior y “ese hueco” para los exportadores ha sido llenado con el Comercio Justo. “Hubo un tiempo que los precios bajaron hasta a US$46 y nosotros vendiámos a US$117. A partir de ahí cuando el precio del café sube, tenemos 10 dólares de premio”, expone Herrera.
Los exportadores de café reciben anualmente unos US$80,000 (RD$2.9 millones) vía el Comercio Justo. El volumen del dinero no es tan elevado como en banano, pues estos últimos exportan semanalmente y por cada caja de ese rubro el premio es de un dólar.
Instituciones se interesan
El presidente de Concafed, Rufino Herrera, dijo a El Caribe que en RD hay instituciones que comienzan a interesarse por el tema del Comercio Justo.
Citó que los productores de café han sostenido reuniones con el Instituto de Protección de los Derechos del Consumidor y con la diputada Guadalupe Valdez. “Todo parece indicar que hay interés en el tema”, expuso Herrera.
En el país hay perspectivas de que en lo adelante se incorporen a la modalidad rubros como el mango, el aguacate y la miel de abeja. Dependerá de cómo se organicen los productores de esos renglones.
Fuente: blogs.elcaribe.com.do